domingo, 7 de febrero de 2010

Limpiar el GRUB

Todo linuxero sabe que las actualizaciones del kernel (nucleo de arranque) se van añadiendo, una tras otra, al menú de arranque del GRUB.

Veréis que cada núcleo nuevo que se instalas se agrega al GRUB, pero los viejos siguen manteniéndose, esto provoca que después de un tiempo tu gestor de arranque sea demasiado grande, que tenga demasiadas opciones de núcleos, algo que nadie necesita porque siempre utiliza el último para arrancar el sistema.

Para acortarlo se puede editar manualmente el archivo del GRUB ( /boot/grub/menu.lst ) o se puede usar el Startup Manager (también conocido como SUM) para editar la apariencia de GRUB, pero ambas opciones sólo solucionan el problema a medias, puesto que eliminan la entrada del GRUB pero no desinstalan el viejo kernel.
La cuestión es que cada núcleo viejo ocupa unos 125 Mb en disco que quedan cautivos si no desinstalamos el kernel a la vez que limpiamos el Grub.

Para hacerlo procederemos de la siguiente forma:

1º.- Tenemos que saber, con toda certeza los núcleos que tenemos instalados, para lo que desde una terminal ejecutamos el siguiente comando:

sudo dpkg --get-selections | grep linux-image

que nos devolverá una imagen como la de portada de este post con la identificación exacta de cada núcleo.

En mi caso me devolvió los siguientes:

linux-image-2.6.28-18-generic
linux-image-2.6.28-17-generic
linux-image-2.6.28-16-generic

Recomiendo siempre dejar los dos últimos núcleos hasta comprobar que el último funciona a la perfección.

2º.- Una vez identificados los kernel que queremos eliminar, y también desde terminal, introducimos el siguiente comando:

sudo apt-get remove --purge linux-image-XXX

donde XXX se sustituye por la denominación exacta del que queréis eliminar.

En mi caso, he decidido eliminar el último de ellos dejando activos los dos más recientes; por lo que el comando exacto fue:

sudo apt-get remove --purge linux-image-2.6.28-16-generic

Tras introducir vuestra contraseña de root (administrador) ejecutará la acción (que tendréis que confirmar a lo largo de su realización) y, la próxima vez que arranquéis Ubuntu habrá desaparecido el kernel seleccionado del menu de Grub.

El orden y la limpieza siempre resultan necesarios, en todo lugar y condición.

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